Un grupo de universidades de élite, incluidas algunas de la Ivy League como Harvard, Columbia y Princeton decidieron formar una alianza estratégica para enfrentar las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, relacionadas con la financiación federal. Estas instituciones buscan establecer límites claros en las negociaciones con la administración gubernamental, para evitar precedentes que puedan comprometer la autonomía de otras universidades en el futuro.
Trump ha acusado a estas universidades de permitir actos antisemitas en sus campus y ha impuesto una serie de requisitos polémicos, como la contratación de agentes de seguridad y la prohibición del uso de mascarillas quirúrgicas.
Estas medidas generaron tensiones entre las instituciones académicas y el gobierno, lo que intensificó el debate sobre la libertad académica y los derechos estudiantiles.
En este contexto, Harvard, una de las universidades más prestigiosas del país, tomó medidas para adaptarse a las presiones gubernamentales.
La institución cambió el nombre de su departamento de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) a "Oficina de Vida en la Comunidad y en el Campus", en un esfuerzo por cumplir con leyes que prohíben decisiones basadas en raza y evitar sanciones federales adicionales. Además, el centro académico dejó de financiar eventos culturales previos a la graduación, mientras enfrenta una congelación de fondos federales que asciende a dos mil 200 millones de dólares.
(CAGG)