Nacional Soldado ucraniano recupera su movilidad gracias a prótesis mexicana

Por: Ángel Gámez
Viernes 23 de Mayo de 2025

Un soldado ucraniano que perdió parte de su pie tras pisar una mina antipersonal logró recuperar su movilidad gracias a una prótesis desarrollada por un equipo multidisciplinario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).


Sergey, de 25 años, fue atendido en el campus Juriquilla de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), donde especialistas y estudiantes trabajaron durante meses para diseñar y adaptar una prótesis ajustada a sus necesidades físicas y funcionales, según informó la publicación UNAM Global.


El joven, quien anteriormente trabajaba como electricista en una mina, decidió unirse al ejército ucraniano para combatir en el conflicto bélico contra Rusia. Sin embargo, en noviembre de 2022, mientras cumplía una misión en la ciudad de Járkov, Sergey sufrió una amputación parcial, tras pisar una mina terrestre. La explosión le dejó únicamente el talón intacto.


Inicialmente fue operado y rehabilitado en un hospital de Ucrania privado financiado por el gobierno. No obstante, las prótesis que le proporcionaron, elaboradas con un material similar a la resina, no se adaptaron correctamente a su cuerpo, limitando seriamente su movilidad.


Después de que la primera prótesis fallara, Sergey ingresó a un programa de vinculación promovido por el gobierno ucraniano y organizaciones no gubernamentales, que lo conectaron con la Sociedad Civil Ucraniana en México y la Embajada de Ucrania. En conjunto con el Ministerio de Salud ucraniano, facilitaron su contacto con el equipo de especialistas de la UNAM.


El equipo mexicano, liderado por la académica Luisa Alejandra Santos Borráez, estuvo conformado por expertos en fisioterapia, nutrición, medicina, y órtesis y prótesis.


Sergey llegó a México en noviembre de 2024. Su proceso de rehabilitación comenzó con una valoración integral para definir el tratamiento más adecuado. Posteriormente, se diseñó una prótesis de prueba que fue ajustada y alineada hasta que el paciente se sintió cómodo, un proceso que duró cuatro meses.


El programa incluyó también actividades culturales y lúdicas para apoyar su recuperación psicológica y emocional. Cabe destacar que el idioma fue una de las barreras que ambas partes tuvieron que superar.


Con su nueva prótesis, Sergey recuperó la capacidad de realizar actividades como correr, subir y bajar escaleras, y caminar en diferentes terrenos.





(CAGG)