El gobierno de Filipinas confirmó este viernes la muerte de cuatro personas y ordenó el desalojo de 433 mil habitantes tras el paso de la violenta tormenta tropical Bualoi, mientras la nación aún se recupera de los estragos del supertifón Ragasa.

Videos difundidos en redes sociales mostraron la intensidad de la lluvia, a ciudadanos avanzando con dificultad entre el agua que les llegaba hasta las piernas y calles completamente anegadas en las islas Visayas.

De manera preventiva, miles de personas fueron desalojadas y algunas permanecen en refugios después de abandonar sus viviendas afectadas por las inundaciones.

Varias familias continuarán fuera de sus hogares luego del impacto del supertifón Ragasa, que a inicios de semana golpeó el extremo norte del país y dejó al menos nueve víctimas mortales.

De acuerdo con reportes oficiales, Filipinas enfrenta en promedio 20 tormentas y tifones cada año, lo que mantiene a millones de habitantes en situación de vulnerabilidad en zonas propensas a desastres naturales.

(APHA)