La Secretaría de Medio Ambiente de Nuevo León, mediante la Procuraduría de Medio Ambiente, suspendió las operaciones de una planta recicladora en Linares y un taller de pintura en Monterrey, tras detectar graves violaciones a la legislación local.
En Linares, la acción surgió después de una denuncia por olores molestos y proliferación de plagas en un centro de compra-venta de residuos especiales. Durante la inspección, encontraron contenedores con desperdicios orgánicos que atraían roedores, además de que la empresa funcionaba sin permisos esenciales, como el de impacto ambiental.
Por otro lado, en Monterrey, las autoridades verificaron que un taller dedicado a la reparación de abanicos y bicicletas en la Colonia Ferrocarrilera representaba un peligro para los vecinos, pues un horno para pintar estaba ubicado junto a una vivienda, y el lugar presentaba acumulación de materiales inflamables. La falta de autorizaciones fue confirmada y se ordenó limpiar el espacio, además de suspender las labores de inmediato.
Ambas intervenciones respondieron a faltas graves contra la Ley Ambiental del Estado, poniendo por delante la protección de la salud pública y el cuidado del entorno para la población de Nuevo León.
(CAGG)