Un inusual velorio se llevó a cabo en el distrito de Chosica, en Lima, Perú. La despedida de Henry Osorio Hidalgo, recordado como “El Profe”, llamó poderosamente la atención, ya que su cuerpo fue presentado sentado, con un libro entre las manos, recreando una escena que evocaba su vínculo con la enseñanza. La imagen provocó emociones diversas entre vecinos, conocidos y curiosos que se acercaron a rendir homenaje al instructor de karate.
El velatorio fue organizado por su primo, con el respaldo de una funeraria local, con la intención de reflejar el perfil intelectual del fallecido. Aunque enfrentaba dificultades personales y económicas, la comunidad evitó que sus restos fueran destinados a una fosa común. A través de redes sociales y un canal de televisión, se promovió una colecta para cubrir los gastos del sepelio.
La difusión del momento generó una oleada de reacciones en plataformas digitales. Mientras algunos consideraron el acto una forma emotiva y personalizada de rendir tributo, otros expresaron inquietudes sanitarias por mantener el cuerpo expuesto fuera del féretro. La familia, por su parte, defendió la decisión, asegurando que fue tomada con responsabilidad y cariño, en concordancia con lo que el profesor habría querido.
(CAGG)