Los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se reúnen esta semana en La Haya, Países Bajos, en una de las cumbres más tensas de los últimos años, la cual iniciará el 24 de junio y culminará este 26 de junio. El encuentro está marcado por la guerra en Medio Oriente, la ofensiva rusa en Ucrania y la presión de Estados Unidos para elevar el gasto militar de los países aliados.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de regreso a la primera línea de la Alianza, propuso que cada nación destine al menos el 5 % de su Producto Interno Bruto (PIB) a defensa. El acuerdo, aún en negociación, divide ese porcentaje en 3.5 % para gasto militar directo y 1.5 % para infraestructura y apoyo a Ucrania.
La cumbre fue diseñada para evitar fricciones, con una agenda comprimida, sesiones breves y un solo objetivo: que Trump pueda presentar resultados concretos. Aun así, países como España han solicitado quedar exentos del compromiso.
El evento también marca el debut del canciller alemán Friedrich Merz y del primer ministro británico Keir Starmer en una cumbre de la Alianza Atlántica. En paralelo, Europa busca demostrar autonomía estratégica ante la creciente dependencia del poderío estadounidense.
(CAGG)