El papa León XIV retiró los sellos del departamento papal en el Palacio Apostólico, que permanecía cerrado desde la muerte de Francisco. El acto, de gran carga simbólica, tuvo lugar tras el rezo del Regina Caeli, su primer mensaje dominical como pontífice en la Plaza de San Pedro.
La decisión sobre su residencia sigue generando debate: ¿elegirá el Palacio Apostólico, como la mayoría de sus predecesores, o continuará la tradición de Francisco en la Casa de Santa Marta? Más que una cuestión de comodidad, la elección tiene un fuerte impacto simbólico, proyectando una imagen sobre el estilo de liderazgo y cercanía del santo padre con la comunidad.
Aunque podría parecer una decisión menor, su relevancia va más allá de la preferencia personal. Factores logísticos, estratégicos y organizativos dentro del Vaticano juegan un papel clave en la determinación de su lugar de residencia.
La reapertura del apartamento papal se realizó en presencia de destacadas figuras eclesiásticas, entre ellas el Camarlengo de la Santa Iglesia Romana, cardenal Kevin Joseph Farrell, y el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin.
(CAGG)