Miles de personas fueron desalojadas de aldeas en Filipinas, mientras escuelas y oficinas cerraron tanto en el archipiélago como en Taiwán, ante la amenaza de un tifón que podría provocar inundaciones y aludes de tierra rumbo al sureste de China.
De acuerdo con meteorólogos filipinos, el supertifón Ragasa tenía vientos sostenidos de 215 kilómetros por hora al impactar la isla de Panuitan. Se prevé que permanezca en el mar de China Meridional al menos hasta el miércoles, con trayectoria hacia el sur de Taiwán y Hong Kong.
En Filipinas, los ciclones tropicales con vientos sostenidos superiores a 185 kilómetros por hora son clasificados como supertifones, con el fin de subrayar la urgencia y peligrosidad de estos fenómenos.
(APHA)