En plena discusión sobre la ley de desapariciones forzadas, la Cámara de Diputados lució vacía. La sesión del lunes debió ser presencial, pero muchos legisladores simplemente… no llegaron.

Como si fuera poco, el Congreso también se quedó sin internet. No hubo pase de lista, ni comisiones trabajando. ¿La razón oficial? No la hubo.

La diputada federal de Movimiento Ciudadano, Laura Ballesteros denunció el hecho, señalando que el Congreso se ha convertido en un “paraíso de privilegios” mientras millones de mexicanos trabajan más de 48 horas a la semana.

En redes sociales, el reclamo se volvió aún más crudo: familiares de personas desaparecidas, bajo la lluvia, exigían a los diputados una mínima muestra de humanidad.

Una jornada que debía honrar el dolor de miles, terminó reflejando la desconexión total entre representantes y representados.

(CAGG)