El gobierno de El Salvador permitió que aviones de ataques estadounidenses se estacionaran en su territorio, mientras la presencia militar de Estados Unidos en la región se intensificaba. La acción incluyó el uso de bases salvadoreñas para desplegar aeronaves.

La instalación de esos aviones se produjo en el contexto de un reforzamiento regional encabezado por Estados Unidos, que también movilizó tropas y unidades aéreas hacia el Caribe y Centroamérica. Este aumento evidencia una estrategia amplia destinada no solo al combate del narcotráfico, sino al control estratégico de la zona.

(CAGG)