El centro estatal de detención migratoria Alligator Alcatraz podría quedar vacío en cuestión de días, tras la orden de una jueza federal que exige su cierre antes de finalizar octubre. La instalación, construida hace apenas dos meses en una zona ambientalmente sensible, enfrenta una batalla legal entre el gobierno de Florida, el federal y grupos ambientalistas.
En un mensaje enviado al rabino Mario Rojzman, el director de Manejo de Emergencias de Florida, Kevin Guthrie, confirmó que el número de detenidos se reduciría a cero en los próximos días. La jueza Kathleen Williams ordenó que no se admitan nuevos ingresos y que se retiren cercado, iluminación y generadores una vez desalojado el lugar.
La instalación fue construida sobre un antiguo aeropuerto de entrenamiento en los Everglades, con contratos que superan los 245 millones de dólares. Desde su inauguración el 1 de julio, ha operado con una fracción de su capacidad: entre 300 y 350 camas.
El estado de Florida apeló la decisión, mientras que el gobierno federal solicitó suspender la orden, argumentando que el centro es necesario ante la sobrepoblación en otras instalaciones migratorias. Sin embargo, la tribu Miccosukee y organizaciones ambientalistas insisten en que el proyecto viola leyes federales y pone en riesgo humedales protegidos, además de revertir décadas de inversión en restauración ecológica.
La jueza aún no ha emitido una resolución sobre la solicitud de suspensión, pero su fallo inicial prohíbe cualquier ingreso adicional y exige el desmantelamiento progresivo del centro.
(CAGG)