El fiscal exigió una pena de 10 años de prisión para el destituido expresidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, en el primero de siete casos relacionados con su intento de imponer la ley marcial en 2024 en el país.
En el juicio, Yoon rechazó las acusaciones, y sus abogados argumentaron que la orden de detención era inválida e ilegal. Durante el proceso, el político enfrentó diversas imputaciones, entre ellas corrupción, tráfico de influencias y rebelión, este último considerado un delito grave que se castiga con cadena perpetua o ejecución.
Se prevé que el tribunal emita un veredicto a partir del próximo mes.
(APHA)