Autoridades de Estados Unidos colocaron una nueva línea de boyas en el río Bravo, justo en la zona donde el cauce se une con el Golfo de México.
Los artefactos, instalados desde embarcaciones oficiales, conforman una barrera flotante diseñada para dificultar el cruce por el río.
Este tipo de dispositivos ya ha sido utilizado en áreas como Eagle Pass, Texas, donde su instalación generó debates por su impacto en la navegación y por las posibles consecuencias humanitarias para quienes intentan cruzar el afluente.
(CAGG)