El príncipe Harry perdió la impugnación legal contra el Gobierno británico, en la que solicitaba restituir su protección policial mientras estuviera en Gran Bretaña. La disputa surgió tras su decisión de renunciar a sus deberes reales en 2020.
El Ministerio de Interior decidió retirarle el servicio. El Tribunal Superior de Londres dictaminó que el fallo era legal y fue ratificado por tres jueces en la Corte de Apelaciones, quienes reconocieron que, aunque el hijo del rey Carlos se sintió agraviado por el sistema, era comprensible, pero no era un argumento para revertir la medida.
El juez Geoffrey Vos señaló que, a pesar de que su abogado defensor, presentó argumentos conmovedores y poderosos no implica un error en la resolución.
(APHA)