El papa Francisco continuó con su tradición de visitar a personas privadas de la libertad durante el Jueves Santo, al acudir a la prisión Regina Coeli, en Roma, Italia.
Aunque no pudo realizar la ceremonia del lavado de pies debido a su convalecencia, el pontífice, de 88 años, compartió alrededor de 30 minutos con unos 70 prisioneros de distintas nacionalidades, a quienes prometió tener presentes en sus oraciones, al igual que a sus familias.
(APHA)