Todo ciclo tiene tanto un principio, como un final. Y en el caso de Desirée Monsiváis, llegó el momento de despedirse de las canchas, donde dejó huella importante en el futbol mexicano, más específicamente como jugadora de Rayadas. En charla exclusiva con Gamavisión, D9 relató cómo fue el momento de tomar la decisión, siempre consciente de que dejó todo dentro del terreno de juego.
“Siempre estaba adherido el tema de que vas creciendo y piensas que estás cerca, cuando ves los 33/35, pero creo que, sinceramente, sucedió después de haber salido de Rayadas, cuando decido ir a Pumas, donde declaré que ahí me quería retirar. Hubo un cambio abrupto de entrenador, no fui tan afín (con el sucesor), decidí moverme y no quería que fuera tan brusco, teniendo mis duelos internos”, dijo inicialmente la atacante mexicana.
“Hay frustración, enojo, tristeza, nostalgia cuando todos esos momentos pasan, pero no quería que fuera duro, que fuera una decisión totalmente mía para decir que así quiero dar el punto final. Cuando pasé de Pumas a Juárez, viví mis últimas etapas, me lo permití, la vida me lo regaló y llegó el momento. Siempre fui de seguir adelante, todos los días me levantaba a retarme, pero ya las circunstancias eran diferentes. Aprendí muy bien, pero hasta ahí, preferí tener el control y con eso me quiero quedar”, agregó bajo el mismo tenor.
¿Por qué consideraste que fue mejor tu gol 100 en el Barrial y no en el Gigante de Acero?
“Porque fue nuestra casa de inicio, jugábamos los domingos y fue una parte importante para la primera generación de Rayadas, con ilusión e incertidumbre a la vez sobre si la Liga iba a dar frutos. Lo vi de manera positiva, el hecho de que tocó ahí y qué bueno, porque ahí hice la mayoría de mis goles”, compartió.
¿Tu mejor pique deportivo fue con Cristina Ferral?
“La verdad sí. Se dio, a partir de esta toma que la calentó un poco la gente de TUDN, íbamos perdiendo en el minuto 86. Hice un jalón, marcaron la falta, Cristina gritó algo al aire y me calenté, me molestó que ella en su afán de defender su camisa, como que se olvidó un poco de la amistad en el Tec. Nos encaramos y fue un pique natural de su característica arrojada y yo competitiva. Fue la primera vez que coincidimos en retarnos así”, refirió.
Disfrutabas de jugar en el Estadio Universitario…
“Claro, pareciera mi segunda casa porque me encantaba jugar ahí, siempre es un estadio donde la gente pesa, la afición se mete. En lugar de sentir presión, al contrario, sabía que iban a estar más metidos en el partido y me encantaba. En el BBVA sabía que por de foul estarían metidos, pero acá (Uni) era el morbo, saliendo al calentamiento estaban pendientes si hacía un ademán o algo más. Esa atención me encantaba y disfruté mucho ir a jugar ahí”, sentenció.