Las regiones de Coahuila y Sonora comenzaron a alertarse ante la posibilidad de deportaciones masivas, por lo que los gobiernos estatales activaron un plan de acción ante este escenario.



El gobernador coahuilense, Manolo Jiménez, destacó la coordinación con el Gobierno federal y los ayuntamientos para atender la situación, y señaló que buscarán “apoyar a los connacionales que regresen con albergues temporales y atención humanitaria”.

En colaboración con las administraciones de Acuña y Piedras Negras, se habilitaron cuatro albergues con servicios básicos que facilitarán el tránsito de migrantes hacia sus lugares de origen.

Por su parte, autoridades sonorenses dieron a conocer que ya se encuentran en alerta y han iniciado con los preparativos para auxiliar a los grupos masivos de viajeros.

El comedor para migrantes gestionado por la parroquia San Luis Gonzaga se encuentra listo para recibir con alimentos a unas 400 personas, incluso ha considerado reforzar el número de atenciones de requerirse. El padre José Gilberto Lezama Rodríguez, responsable del sitio, aseguró que se encuentran listos para atender una posible emergencia humanitaria.

(MMSV)