El cardenal italiano Angelo Becciu, sancionado por el papa Francisco en 2020, desafía la decisión que le prohibía participar en el cónclave para elegir al nuevo pontífice.
Becciu fue despojado de sus derechos ligados al cardenalato debido a acusaciones de corrupción y mala gestión de fondos de la secretaría de Estado.
El cardenal argumenta que el recién fallecido pontífice nunca expresó explícitamente su exclusión del cónclave ni solicitó su renuncia por escrito.
Su participación podría generar tensiones entre los sectores más opositores a la línea de Bergoglio dentro del Sacro Colegio.
Becciu enfrenta cargos relacionados con la compra de un inmueble de lujo en Londres y otras irregularidades financieras, por las cuales fue condenado a cinco años y seis meses de prisión en primera instancia.
La apelación de su condena está prevista para el próximo otoño.
(CAGG)