La base de SpaceX en Texas ha obtenido oficialmente el estatus de ciudad tras una votación en Boca Chica Village, donde la mayoría de los votantes eran empleados de la empresa, otorgándole así un mayor control sobre la zona.
Distintos grupos ambientalistas han manifestado su rechazo, argumentando que la expansión de Starbase afecta hábitats naturales y comunidades indígenas. Pese a las críticas, el Senado de Texas, con respaldo del Partido Republicano, aprobó una ley que permite a Starbase cerrar playas en Boca Chica para sus operaciones.
Mientras tanto, la Administración Federal de Aviación (FAA) ha autorizado hasta 25 lanzamientos anuales del cohete Starship desde la nueva ciudad.
(CAGG)