El presidente José Raúl Mulino, anunció el cierre paulatino de los centros migratorios que han funcionado desde 2016, en la provincia del Darién, tras asegurar que el paso de extranjeros disminuyó más del 90 por ciento, en Panamá.
El mandatario recordó que hace un año había 36 mil 841 migrantes cruzando, pero en marzo se llegó a 112 personas, una disminución importantísima, que representa entre el 97 y 98 por ciento de éxito por parte de las autoridades.
Ante el resultado de su política, se hizo el cierre de la selva Darién como paso en dirección a Estados Unidos, después de años de ser considerada una de las rutas migratorias más importantes del planeta.
Mulino destacó que la reducción de las cifras en la zona ubicada entre Panamá y Colombia ayudará a la seguridad regional y nacional.
El anuncio alude al cese de las actividades de los centros migratorios impulsados por el estado y donde trabajaba personal de diferentes organizaciones de derechos humanos.
En las estaciones, las personas recibían alimentación, servicios médicos, se les tomaban datos biométricos y se les daba un lugar de descanso antes de seguir en su camino rumbo al norte.
(APHA)