El gobierno de Venezuela calificó el despliegue militar de Estados Unidos en aguas caribeñas cercanas a su territorio, como la “mayor amenaza del continente en un siglo”. En respuesta, Caracas movilizó buques, milicianos y pidió la intervención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de organismos regionales.

La estrategia chavista incluye el cierre de filas de la Fuerza Armada, la Policía Nacional y los poderes públicos, así como la movilización de cuatro millones y medio de milicianos y el alistamiento de más de ocho millones de ciudadanos dentro del Plan Nacional de Soberanía y Paz.

En paralelo, Venezuela desplegó embarcaciones en aguas territoriales y 15 mil efectivos en la frontera con Colombia. El canciller Yván Gil llamó a reforzar la unidad latinoamericana frente a lo que calificó como un despliegue “inusitado” de Washington bajo la “excusa perversa” de combatir el narcotráfico.

(CAGG)