Estados Unidos y Filipinas realizaron maniobras militares en medio de la creciente tensión con China. Se estima que participaron nueve mil efectivos estadounidenses y cinco mil filipinos, además de 260 australianos y observadores de Japón y otros países.
Además, fue la primera vez que Washington desplegó un lanzador de misiles antibuque en la isla de Batán, cerca de Taiwán. Las fuerzas de ambos países realizaron ejercicios de fuego real, derribando drones que simulaban aviones hostiles.
Por su parte, Beijing condenó las maniobras, calificándolas de provocativas, y envió un grupo de portaaviones cerca de la zona.
(CAGG)