Entre Padre Mier y Cuauhtémoc, en el Centro de Monterrey, existe un edificio que por años ha llamado la atención en la ciudad, no por su arquitectura o diseño, si no por la falta del mismo, ya que lleva décadas sin terminar.

Quienes transitan por esta arteria vial reconocen de inmediato esta imponente estructura abandonada, que, al igual que muchos monumentos a nivel internacional, se ha convertido en parte de la identidad del estado. Ha sido testigo de numerosos cambios, vio pasar a distintas generaciones y acompañó a incontables pasajeros mientras esperaban su camión. Como las construcciones que dejaron atrás las antiguas civilizaciones, esta estructura permanece como un vestigio de otros tiempos.

De los 13 pisos originalmente planeados, hasta 2004, año en que la obra se volvió a detener, solo se habían completado siete. A lo largo del tiempo, la construcción ha tenido múltiples pausas y reanudaciones, lo que ha llevado a que el lugar sea utilizado con distintos fines en diferentes etapas.

Hoy en día, es común ver enormes panorámicos en lo alto de la estructura, que sin duda llaman la atención. Sin embargo, en el pasado, este lugar fue escenario de un concierto e incluso de un incendio ocurrido en 2024.

Después de tantos permisos, acuerdos y supuestas crisis, parece que ya cuenta con una autorización y, nuevamente, se ve que están avanzando con su construcción y se espera que este edificio se convierta en una universidad.

Desde la tarde del martes, ya se podía ver a los trabajadores uniéndose a la larga lista de personas que han formado parte de esta historia.

(CAGG)