Ante la fuerte ola de calor que azota al país, los parisinos se lanzaron legalmente al cauce del río Sena para disfrutar del agua por primera vez en más de 100 años, en Francia.
Las autoridades permitieron la natación pública en áreas designadas del afluente, incluyendo dos plataformas de madera recién construidas cerca de la Torre Eiffel y la Isla de San Luis, en el centro de la ciudad.
Tras el retiro de una red de pesca, la mañana del sábado se formó una fila de personas ansiosas con toalla en mano, esperando su turno para lanzarse. Cada nadador portaba un salvavidas amarillo brillante atado a la cintura, como parte de las estrictas medidas de seguridad impuestas para ingresar al agua color verde esmeralda.
(APHA)