Ciudad de México.- En la década de los setenta, la colonia Roma de la Ciudad de México se vio envuelta en rumores sobre una anciana chamana que realizaba operaciones quirúrgicas en su casa, con nada más que la guía de los espíritus y un cuchillo de cocina. Lo sorprendente era que sus pacientes salían completamente curados. Este suceso despertó el interés del doctor Jacobo Grinberg, quien decidió adentrarse en la historia de esta curandera conocida como Pachita.
La curandera utilizaba un cuchillo de cocina cubierto con cinta aislante en el mango como instrumento principal en sus cirugías. Sin ningún tipo de anestesia, aseguraba remover órganos del cuerpo de sus pacientes y colocar otros en su lugar. Lo más asombroso era que, al finalizar la operación, simplemente limpiaba la herida con alcohol, colocaba vendas y enviaba a sus pacientes a casa, indicando que debían guardar reposo durante tres días y seguir un tratamiento a base de jarabes e infusiones.
Sus pacientes afirmaron haber experimentado una curación total después de someterse a sus desconcertantes operaciones. Aunque no existe una explicación científica para estos resultados, los testimonios y los informes médicos posteriores demuestran que las cirugías de Pachita lograron resultados impresionantes.
Esta historia abre un nuevo debate sobre los límites de la medicina y los misterios que aún quedan por descubrir en el campo de la curación. Aunque sus métodos carecen de fundamentos científicos, los testimonios de sus pacientes son evidencia de que algo extraordinario estaba sucediendo en su consultorio. Este caso invita a reflexionar sobre las posibles implicaciones y consecuencias que podrían surgir al explorar los límites del conocimiento médico.
Aunque Pachita falleció hace años, su legado vive en la memoria de aquellos que fueron testigos de sus inusuales e impactantes procedimientos. Este caso abre la posibilidad de continuar investigando y explorando la cura espiritual como una alternativa a los métodos médicos tradicionales. Tal vez, en algún momento, la ciencia pueda encontrar explicaciones a estos fenómenos inexplicables y así ampliar los horizontes de la medicina.
(SGC)