México.- La gastronomía mexicana se ha convertido en uno de los pilares fundamentales para comprender la cultura y la identidad de nuestro país. A lo largo de los años, los sabores y esencias de los platillos típicos mexicanos han conquistado el paladar de personas de todo el mundo, convirtiéndose en una verdadera joya culinaria. Recetas milenarias que han resistido el paso del tiempo, desafiando la Conquista, el porfiriato y la Revolución, siguen vigentes y deleitando a los comensales con su inconfundible sabor.

El tamal, conocido como "envuelto" en la lengua azteca, tiene sus raíces en las culturas maya y mexica. Nuestros predecesores consideraban este platillo como uno de los más emblemáticos y recurrentes en su alimentación, por lo que su elaboración era reservada para celebraciones y ocasiones especiales debido a su complejo proceso.

En aquellos tiempos antiguos, los tamaleros utilizaban una olla llamada comitl para hervir maíz, agua y sal. Este alimento podía ser consumido solo o relleno de una variedad de ingredientes, como verduras, chiles y frutas. Además, en la masa se utilizaba un colorante obtenido de un tipo específico de cochinillas, que le daba un pigmento característico.

Una de las características distintivas del tamal es su envoltura. Esta práctica surgió cuando las civilizaciones antiguas necesitaban un soporte para su comida, similar a los platos de antaño. En lugar de utilizar platos convencionales, las hojas de maíz o de plátano eran el envoltorio perfecto para mantener intacto el sabor y la esencia de este platillo.

(KBR)