México.- El elixir del pulque fue venerado por los dioses y considerado una bebida sagrada por sus representantes en la tierra: gobernantes, sacerdotes y guerreros. Sin embargo, también ha sido infravalorado y sus consumidores han sido estigmatizados. A lo largo de los años, ha enfrentado prohibiciones gubernamentales, sobreexplotación y la pobreza que afecta a los productores que tradicionalmente trabajan con el maguey.

El proceso de elaboración del pulque inicia con la fermentación del agave o maguey, planta nativa de nuestro país. Su consistencia es espesa y viscosa, lo que le da su característico sabor y textura. Su producción y consumo se da principalmente en estados del centro de México como Tlaxcala, Estado de México, Hidalgo, Ciudad de México, Puebla, Morelos, Querétaro, Guanajuato, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, San Luis Potosí, Jalisco y Veracruz.

La leyenda de esta bebida comienza con la historia de Xóchitl, una princesa azteca que tenía una estrecha conexión con la naturaleza. Pasaba la mayor parte de su tiempo en el campo, donde era amiga de los venados, los conejos y los tlacuaches. Un día, mientras paseaba entre los magueyes, Xóchitl notó un aumento en la presencia de tejones. Intrigada por esta situación, se acercó a observar lo que sucedía y se encontró con un sorprendente descubrimiento.



Del agujero que los tlacuaches y los conejos habían hecho en el maguey, emanaba un jugo blanco. Movida por la curiosidad, Xóchitl decidió probarlo y quedó cautivada por su sabor. Excitada por su hallazgo, la princesa fue a buscar a su padre, Papantzin, para que también probara esta misteriosa bebida. Papantzin quedó encantado con el sabor y, en los días siguientes, notó cómo el jugo comenzó a cambiar su color, textura y aroma. Cada vez que lo probaba, experimentaba una sensación de alegría y bienestar.

Impresionado por los efectos y el sabor mejorado del jugo de maguey, Papantzin decidió presentar esta bebida al rey Tepalcatzin. Acompañado por su esposa y su hija Xóchitl, Papantzin ofreció este néctar al rey, quien quedó maravillado por su sabor y propiedades únicas. Así fue que el pulque se convirtió en una bebida real y comenzó a ser disfrutado por toda la nobleza azteca.

(KBR)