“Veo que todos hacen su mejor esfuerzo, pero la situación cada vez crece más y más, y más, la situación está incontrolable”. Así dijo el especialista de seguridad, Javier Garza Morúa.
La pugna histórica entre cárteles de la droga ha terminado con la paz en la zona norte de Nuevo León. Municipios rurales y pueblos que perdieron la tranquilidad que los caracteriza.
Enfrentamientos, paso de células delictivas y casi 300 muertes violentas en los últimos seis años en 14 municipios del norte, algunos, frontera con Tamaulipas.
Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que los cinco municipios con mayor número de homicidios dolosos del 2018 al 2024, son Melchor Ocampo con 69, Doctor Coss con 51, Anáhuac 36, China 27 y Los Ramones con 25.
Además de la droga como tal, especialistas adjudican el problema a la falta de equipamiento rural.
General Bravo registra 14, Lampazos de Naranjo 12, y 10 en Vallecillo y Agualeguas. Esto sin contar enfrentamientos, en donde parte de las víctimas mortales han sido elementos de seguridad.
Zonas sin capacidad de fuego y obligadas a contar con la presencia del Ejército Mexicano o Guardia Nacional.
“Tienden a eso porque la gente tiene miedo y es normal que la gente tenga miedo y la problemática no es contra el pueblo, pero hay víctimas colaterales”. Así manifestó el Especialista de seguridad, Javier Garza Morua.
Otros municipios son Cerralvo, Los Herreras, General Treviño, Los Aldamas y Parás con menos de 10, aun así, registran éxodo de habitantes hasta del 80 por ciento.
No existe Gobierno que pueda resolver el problema, porque este requiere mucho más allá de tres, o seis años, según expertos.
No es sólo la capacidad de fuego, sino de prevención de adicciones, empleo, educación y eliminación de pobreza.
(KBR)