Bomberos del Vaticano instalaron una chimenea en la parte superior de la Capilla Sixtina, como parte de los preparativos para la elección del próximo Papa.
El conducto metálico cumple la función de indicar públicamente el resultado de las votaciones secretas.
Dos veces al día, por la mañana (excepto el 7 de mayo) y por la noche, saldrá humo de la chimenea: negro si no se ha elegido Papa, y blanco si al menos 89 cardenales han llegado a un acuerdo sobre el nuevo sucesor de Francisco, el difunto obispo de Roma.
Después de cada dos rondas de votación, las papeletas son quemadas en un horno especial. Si no hay acuerdo, se añade una mezcla química —que incluye perclorato de potasio, antraceno y azufre— para generar el color oscuro.
El sistema fue utilizado por última vez el 13 de marzo de 2013, cuando, tras cinco escrutinios, se anunció con humo blanco la elección del cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, quien apareció poco después en el balcón de la Basílica de San Pedro.
El cónclave, que reunirá a los cardenales a partir del 7 de mayo, tiene como objetivo designar al nuevo líder de los millones de católicos en el mundo.
(APHA)