La capital de Guerrero amaneció el lunes con escuelas cerradas, calles semivacías y poco más de la mitad del transporte público en operación, en un ambiente de alta tensión tras un fin de semana violento.
Policías y militares instalaron retenes en las entradas y salidas de Chilpancingo, mientras patrullas recorrieron constantemente las avenidas. Los vecinos solo salieron a asuntos urgentes. Mientras que la gobernadora, Evelyn Salgado Pineda realizó una visita sorpresa y recorrió a pie algunas vías.
En el ayuntamiento, solo acudieron áreas operativas y mandos superiores, por instrucciones del alcalde Gustavo Alarcón Herrera. Ante la falta de un aviso oficial de la secretaría de Educación, la Sección 14 del Sindicato de los docentes respaldó a quienes decidieran no asistir a clases.
(APHA)