Nuevo León.- El 17 de septiembre de 1973 fue asesinado el líder empresarial regiomontano, Eugenio Garza Sada, en un intento de secuestro por parte de la organización guerrillera Liga Comunista 23 de septiembre.

La mañana de ese trágico lunes, Garza Sada, cabeza del Grupo Monterrey, se dirigía desde su residencia, en la colonia Obispado, a las oficinas de la Cervecería Cuauhtémoc acompañado por su chofer y escolta, Bernardo Chapa Pérez, y su guardaespaldas, Modesto Torres Briones.

Al llegar a las calles Julián Villagrán y Luis Quintanar, en la colonia Bella Vista, una camioneta en la que viajaban Hilario Juárez García y Elías Orozco Salazar, integrantes del grupo subversivo, les cerró el paso.

Luego, dos guerrilleros, Anselmo Herrera Chávez y Javier Rodríguez Torres sacaron de la unidad a Don Eugenio—entonces de 81 años—, pero fueron recibidos a balazos por el chofer. Los dos jóvenes fueron heridos. Edmundo Medina Flores, supuesto líder del comando guerrillero, ultimó al otro escolta del empresario.

En el fuego cruzado, Garza Sada recibió un balazo; así que, cuando Elías Orozco trató de llevárselo para negociar su libertad a cambio de cinco millones de pesos, no lo pudo retener porque se desvaneció, finalmente lo colocó en el suelo y escapó.

Garza Sada murió poco después, a causa de las lesiones, lo mismo que Herrera y Rodríguez.

Torres Enríquez logró huir con un balazo en una pierna, pero fue detenido más de un año después.

A su funeral asistieron 50 mil personas, entre ellas, el presidente de México, Luis Echeverría Álvarez; el gobernador de Nuevo León, Pedro Zorrilla Martínez; y el exalcalde de Monterrey, Julio Camelo Martínez, de igual forma se suspendieron las labores de 160 mil trabajadores en señal de duelo.

A 50 años de este episodio, el legado industrial y educativo de Don Eugenio sigue vivo en Nuevo León y en todo México.

(MACV)