El gobierno de Estados Unidos planea acelerar las redadas migratorias en ciudades santuario como Chicago, Nueva York, Los Ángeles, Portland y Seattle.

El zar fronterizo Tom Homan anunció que se intensificarán las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en urbes que se niegan a colaborar con autoridades federales.

Chicago, con medio millón de residentes mexicanos, podría ser el próximo gran objetivo. Se evalúa usar una base naval al norte de la ciudad como centro de operaciones. En Illinois, se estima que hay 477 mil personas indocumentadas, la mayoría de origen mexicano.

La estrategia incluye el despliegue de la Guardia Nacional, como ya ocurre en Washington, bajo el argumento de combatir la violencia urbana. Sin embargo, autoridades locales rechazan la medida, señalando que los delitos han disminuido y que no existe una emergencia que justifique la intervención militar.

Las redadas iniciadas en mayo en Los Ángeles han generado pánico y afectado la economía local. Empresas hispanas reportan caídas drásticas en sus ingresos, mientras jornaleros evitan salir por temor a ser deportados.

La Casa Blanca presume haber detenido a 5 mil personas, aunque muchas no tienen antecedentes penales.

(CAGG)