Durante la misa del Domingo de Pentecostés, celebrada en el Vaticano, el Papa León XIV afirmó que el Espíritu Santo "abre las fronteras", haciendo un llamado a la apertura y unidad entre los pueblos.
También apeló que el amor debe ser un antídoto contra todos los males del mundo, ante 80 mil feligreses que se congregaron en la Plaza de San Pedro.
Muchos de ellos, integrantes de grupos y movimientos católicos de más de 100 países, entre ellos España, México, Brasil, Argentina, Perú y Colombia.
(CAGG)