Marine Le Pen, líder de la extrema derecha francesa, fue condenada por malversación de fondos públicos del Parlamento Europeo e inhabilitada durante cinco años para ocupar cargos públicos.
La política calificó la sentencia como una "decisión política" destinada a bloquear su participación en las elecciones presidenciales de 2027, denunciando una violación al Estado de derecho.
Le Pen defendió su inocencia, bajo el arguemento de que las acusaciones son "insostenibles" y que no hubo enriquecimiento personal ni corrupción, sino un desacuerdo administrativo.
Aseguró que no abandonará su carrera política y confirmó a Jordan Bardella, actual presidente de Agrupación Nacional, como su sucesor natural.
Desde el extranjero, el gobierno de Estados Unidos expresó preocupación por la inhabilitación, sugiriendo que podría tener motivaciones ideológicas. Líderes de la extrema derecha europea, como Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, y Matteo Salvini, vicepresidente del Consejo de Ministros de Italia, calificaron la sentencia como persecución política. Por su parte, el Kremlin acusó a Europa de violar principios democráticos.
(FAGG)