Islandia.- Si de platillos auténticos se trata, Islandia tiene uno de ellos: carne de tiburón.
El hákarl, como se le conoce, nació de la necesidad de sobrevivir ante la hambruna, pero se convirtió en un atractivo culinario que llama la atención de turistas y propios habitantes.
Esta carne necesita ser curada, ya que sin preparar tiene un alto nivel de toxicidad, se fermenta y se vende en pequeños cubos. Es un verdadero manjar emblema del país, que no puedes dejar de probar si un día decides visitarlo.
(JRA)