Todas las personas que participarán en la organización del cónclave para elegir al nuevo papa prestarán juramento para guardar el absoluto secreto de lo que suceda, este acto se realizará dentro de la Capilla Paulina, en el Vaticano.

El personal aprobado por el camarlengo, Kevin Joseph Farrel y los tres cardenales asistentes. De acuerdo con la Constitución Apostólica.

Desde el secretario del Colegio Cardenalicio hasta el personal de limpieza y seguridad, todos los involucrados en el Cónclave, incluidos los miembros de la Guardia Suiza, están obligados al secreto bajo pena de excomunión. Los cardenales jurarán al ingresar por la tarde a la Capilla Sixtina, y tras el juramento del último elector, el maestro de celebraciones, Diego Ravelli, declarará “Extra omnes”, es decir, todos fuera, para cerrar el recinto. El Cónclave será presidido por el cardenal Pietro Parolin, en lugar del decano Giovanni Battista Re, de 91 años.

Los cardenales votan dos veces por la mañana y dos por la tarde, desde las 16:00 horas. Actualmente hay 133 electores y se requieren dos tercios de los votos para elegir al papa. Cada cardenal recibe varias papeletas, escribe en secreto el nombre del candidato, la dobla y, luego de jurar que vota según su conciencia, la deposita en un cáliz, utilizado como urna.

Al finalizar, los escrutadores mezclan y cuentan los votos. Cada nombre es leído en voz alta y anotado; luego, las papeletas se perforan y se unen con hilo. El Camarlengo redacta el acta y todos los documentos se queman con un aditivo que colorea el humo.

Si ningún candidato obtiene los 89 votos necesarios, se repite la elección y se quema el resultado para emitir la fumata negra. Si después de tres días no hay papa, se toma un día de reflexión antes de continuar.

Un fuerte operativo de seguridad garantizará que no haya teléfonos móviles, micrófonos ni cámaras durante los sufragios, que se desarrollan a través de un procedimiento que se ha mantenido intacto con el paso de los siglos.

Mientras, en el exterior soldados del Ejército italiano carabinieri y policías patrullan con movimientos ensayados, los guardias suizos permanecen firmes junto a los muros de la Basílica custodiando en las calles.

(APHA)